Lo celebraré soplando tus velas, sin tu abrazo, pero con tu sonrisa bien presente.
Felicidades señora.
Necesito tu abrazo, sigo necesitándolo como el primer día, no creo que esta necesidad desaparezca, aunque pudiera desear dejar de desearlo, no puedo. Una parte de mí se perdió un día como hoy en el calendario de hace 17 años, y no volverá, por mucho que lo desee.
Cómo te sigo echando de menos, señora.